Así lo consideró Matías Menvielle, quien en esta temporada estrenó un Chevrolet Cruze construido en Bahía Blanca por Edgardo Lauretta, y atendido por su propio equipo de competición
Un objetivo largamente perseguido ha cumplido Matías Menvielle en el 2020: poder tener un auto de carreras nuevo para reintegrarse al Campeonato Argentino de Turismo Nacional Clase 3. Aquel Chevrolet Cruze construido por Edgardo Lauretta renovó la participación del único piloto de la Provincia de La Pampa que compite en el Turismo Nacional, comenzando así una nueva etapa en su campaña deportiva.
En el Autódromo Ezequiel Crisol (Bahía Blanca), el equipo familiar terminó los últimos detalles del nuevo auto que penó con algunos inconvenientes en el motor en las dos pruebas, aunque logrando resultados parciales alentadores. “Fue un inicio complicado, pero tenemos buenas expectativas. En las finales debimos utilizar un motor con menos potencia por ser el reemplazo del titular, pero así y todo en Bahía Blanca largando desde la última posición terminamos cerca de los quince primeros. Ahora estamos trabajando en los frenos, con nuevos elementos, los que teníamos en el auto ya cumplieron su ciclo útil”, reconoció el protagonista.
Ganador de dos pruebas finales en Clase 2, siempre con atención del equipo familiar, este nuevo desafío da continuidad a su experiencia en Clase 3, en la que disputó nueve pruebas finales hasta el momento. “Considero que el auto nuevo tiene un buen funcionamiento, desde que lo hemos construido no modificamos la puesta a punto salvo pequeños detalles aunque ello ocurrió porque en los entrenamientos de Bahía Blanca y La Pedrera tuvimos inconvenientes que nos dejaron sin poder girar en pista. Por caso, en La Pedrera recién pude conocer el circuito en la serie, dado que en todo el día sábado no pudimos girar”, reconoció el piloto pampeano.