Adrián Percaz no detiene su grito de Campeón y contagia a toda Villalonga en su alegría. La población disfruta de su séptimo titulo en el Turismo Nacional de la mano del joven piloto que se consagró por segunda vez.
Villalonga gritó campeón por séptima vez en el Turismo Nacional. Adrián Percaz fue el encargado de llevar a la gloria a la población que forma parte del Partido de Patagones el último domingo, cuando en el Autódromo de la Ciudad de Viedma (Rio Negro), el quinto puesto en la carrera ganada por el chaqueño Yamil Apud lo tornó inalcanzable para el resto de sus competidores.
Néstor Percaz (Campeón 1982 C11 - Campeón 2002 y 2003 de C2), y Juan Pedro Heguy (Campeón 2004 y 2005 de C2), aportaron las cinco coronas restantes a una comunidad que se presentó casi en su totalidad en el escenario rionegrino con el solo objetivo de acompañar el paso triunfal del Peugeot 207 que generó alegrías y emociones repetidas durante todo el fin de semana. Para Adrián Percaz llegó el segundo título en el automovilismo nacional, y los dos obteniéndolos a menos de 200 kilómetros de su Villalonga natal. "Es difícil de explicar todo lo que siento. Es un privilegio competir en Turismo Nacional con un auto y equipo netamente familiar y tener estos logros. Hemos logrado siete campeonatos contando los de mi padre Néstor y los de mi tío, Juan Pedro Heguy. Eso quiere decir que hacemos muy bien las cosas, lo que genera que la satisfacción sea aun mayor. Nosotros estamos lejos de todo, hasta para obtener un repuesto para un auto de carrera. Pero con ganas y voluntad hemos podido cumplir nuestros objetivos y disfrutar de un campeonato que hoy es una hermosa realidad. Sinceramente, todavía no asumo lo que hemos logrado, pero si estamos disfrutando y mucho de este hermoso momento. Quiero destacar también el respeto que tuvimos entre Gabriel Fernández y Nicolás Posco, con quienes nos cruzamos antes de salir a pista y nos saludamos. Los tres nos sentimos campeones por el compañerismo que tuvimos a lo largo del año".
Las sensaciones son múltiples, pero todas coinciden en la alegría y la emoción que surgen a partir de una conquista tan importante como la corona de Clase Dos. En las dos ocasiones, Percaz pudo obtener los campeonatos con su gente muy cerca, en condición casi de piloto local, algo poco habitual en el automovilismo argentino. "En condición de local, pude obtener el campeonato y de la forma en que todo piloto puede soñar, ante toda la gente. Ver a todo Villalonga en el Autódromo de Viedma me generó una profunda emoción; era imposible salir a pista sin contener la emoción porque estaba todo el pueblo al costado de la pista, en el box, en todos lados. Personas que no les gusta el automovilismo se acercaron al autódromo para acompañarme el fin de semana, quizá porque ven en el parabrisas de mi auto la inscripción de Villalonga. Para mí es un orgullo llevar en el parabrisas el nombre de mi pueblo, el cual jamás voy a retirar de ese lugar. Me han ofrecido en varias ocasiones publicidades en dicho sector, pero siempre llevaré pegado el nombre de Villalonga en el parabrisas de mi auto de carrera", indicó el nuevo campeón.
En el fin de semana más importante del año, la tensión lógica de esta instancia deportiva debía ser neutralizada con tranquilidad, transitando cada instancia con firmeza y cumpliendo parcialmente todos los objetivos. Así, Percaz transitó desde la primera salida del viernes hasta la última vuelta del domingo, cuando la bandera a cuadros cayó rendida sobre el auto familiar, desatando la alegría sin fin. "Cuando inició la carrera, estaba muy tranquilo a pesar de la adrenalina que surgía ante la definición del campeonato. Pensé que iba a estar más nervioso pero pude hacer una carrera muy correcta. Tenía como objetivo llegar entre los cinco primeros de la final en caso que Gabriel Fernández ganara la carrera y en ese margen me mantuve durante toda la carrera. También fue importante la experiencia de mi padre; y tenerlo al lado mío con su experiencia para mí es un gran privilegio. El me vuelca toda su experiencia para que yo no cometa los errores que él cometió en su momento, y su aporte fue muy valioso para obtener el campeonato y disfrutarlo en pleno con mi gente y casi de local, algo que es soñado", recordó.
Con el paso cumplido en Clase Dos, ya será más realidad aun el Ford Focus de Clase Tres con el que arrancará el próximo campeonato. Las pruebas previas a la carrera de Viedma convencieron al piloto de no utilizar el auto en dicho momento, quedando todo para la próxima temporada. Percaz retomará su participación en Clase Tres con los mismos objetivos de siempre, aunque con la conciencia de transitar un nuevo proceso de entendimiento y adaptación a un auto que será desarrollado con intensas pruebas en el receso de competencias. "El futuro está en la Clase Tres. Queríamos correr las últimas cuatro fechas del año pero no pudimos hacerlo por temas organizativos. En la semana previa a la carrera probé el Ford Focus en el Autódromo Roberto Mouras porque era mi objetivo presentar el auto en Viedma, pero a la vuelta de la carrera en charla con mi padre decidimos encarar la definición del Campeonato de Clase Dos con total concentración. Seguramente, en el verano haremos varias pruebas sobre el auto con el propósito de continuar con el desarrollo del auto y dejar todo en condiciones para el próximo año", finalizó el nuevo campeón, aun con la sensación de ser el mejor de Clase Dos anual a flor de piel, la que se ha erizado con cada vuelta y aceleración de Adrián Percaz, ese hijo prodigo de Villalonga que volvió a lo más alto del deporte motor nacional.