La Asociación Pilotos Automóviles Turismo (APAT), despide a su amigo Alberto Rodríguez "Albertito", fallecido en las últimas horas. El eterno recuerdo de toda la familia del Turismo Nacional.
¿Te puedo ayudar en algo? Así escrito, tal cual, es solo una pregunta. Pero quienes estimamos a Albertito Rodríguez, siempre supimos que detrás de esa frase se escondía una gran carta de presentación. Su presencia en cada una de las carreras de Turismo Nacional reafirmaba ese concepto de ser “el fan número 1 del TN”, como alguna vez se lo reconoció en nuestra sede. Sabía al detalle cada novedad de la categoría, y su privilegiada memoria varias veces terminó siendo material de consulta. La respuesta no solo estaba al instante, sino que además, era certera.
Ese fanatismo lo llevó a seguir durante muchos años a la categoría, en las buenas y no tantas, y por eso con el paso del tiempo se hizo querer no solo entre quienes integramos APAT, sino también entre allegados, pilotos y mecánicos de cada uno de los equipos, con quienes compartía largas jornadas en los autódromos donde corría el Turismo Nacional. Su fanatismo y amor por el TN no tuvo límite nunca porque así se lo propuso y lo demostró en cada minuto, porque el simplificaba todo con una frase: “acá soy feliz”.
Esa felicidad comenzaba los jueves de cada carrera. Luego de coordinar con la familia la atención del kiosco familiar, emprendía los viajes que lo llevaban a sus momentos de felicidad. Disfrutaba estar y ser parte, porque Albertito fue parte de Turismo Nacional desde un lugar distinto: el de seguir siempre a la categoría y quererla como propia. Como será que alguna vez quiso correr en el TN, cuando era más joven, intentando destinar un emprendimiento propio para tal cuestión. Pero en aquel momento, el dinero era escaso y esa idea quedó trunca. Pero no se apagó la pasión.
En los últimos tiempos, la cruel enfermedad que no da tregua le redujo la posibilidad de ir a un autódromo, pero no el amor por el Turismo Nacional, dado que sus sentimientos no entendían de resignaciones. Así fue que en La Plata nos visitó, y a pesar de sus limitaciones físicas, volvió a ser feliz. Con alguna dificultad caminó los boxes como siempre, saludó a todos, compartió el fin de semana, y se fue. Quizás con el diario del lunes, entenderemos que fue a modo de despedida. Posiblemente, una sensación.
Lamentablemente, en las primeras horas del día de hoy, el corazón de Albertito dejó de latir. Cuando la infausta noticia comenzó a correr en nuestro ambiente, todos coincidíamos en un solo concepto: que “era un buen tipo”. Nosotros, pudimos dar fe de ello.
¡Hasta siempre Albertito!
Asociación Pilotos Automóviles Turismo.