La competencia de San Luis marcará el regreso de una de las leyendas del automovilismo deportivo argentino. Ernesto Bessone se subirá al Ford Focus del equipo DP1 y concretará su tan esperado retorno a la actividad automovilística.
El reconocido piloto regresará a las pistas el próximo viernes 24 de Mayo, cuando la Clase 3 comience su actividad en el Rosendo Hernández de la provincia puntana. Bessone es uno de los pilotos más reconocidos a nivel nacional por haber incursionado en las categorías más importantes del automovilismo de este país, siendo el único piloto en la historia que obtuvo por lo menos un título en cada una de las categorías consideradas en la actualidad como las más importantes del automovilismo argentino: El Turismo Carretera, el TC 2000, la Top Race y el Turismo Nacional. El capitalino fue campeón además de las extintas categorías Supercart y Club Argentino de Pilotos. En su palmarés acumula un total de 8 coronas, siendo tricampeón del CAP y obteniendo en el TC, TC 2000, TR, TN y Supercart, un título de cada una.
Se había retirado de la práctica profesional del automovilismo en el año 2009, compitiendo en el Turismo Carretera y se dedicó a la actividad empresarial, radicándose en la Provincia de Córdoba. Gracias a la amistad que lo une con Nacho Palacios y su afinidad a la familia Berta, Bessone tomará parte del proyecto liderado por Palacios, en lo que será su reaparición manejando autos altamente competitivos. En San Luis conducirá un Ford Focus íntegramente atendido por el equipo DP1, tanto en el chasis como en los motores. Estoy muy expectante e ilusionado a la vez. Hace tres años que no corro y me enfrentaré con pilotos que estan super entrenados y corriendo casi todos los fines de semana. Será una prueba, tanto para el auto como para mi. Estaremos evaluando como cae el auto en la pista, ya que los tiempos que hicimos en el Cabalén son lógicos. De todas maneras, creo que nos llevará a todos, dos o tres carreras adaptarnos, confesó un ilusionado Besone. Su profesionalismo lo llevará a exigirse al máximo, aunque a esta altura, no necesita demostrarle nada a nadie.