El hecho de aparecer 36° entre 44 autos de Clase 3 al cabo de la clasificación del Turismo Nacional en Trelew y pelear por el triunfo en la final habla a las claras del soberbio trabajo llevado a cabo por Julián Flamarique en el sur argentino, donde el mendocino fue segundo separado del ganador Fabián Pisandelli por apenas una décima.
Desde el 14° cajón de la grilla, el mendocino protagonizó una carrera astuta y eficaz, con un planteo que le retribuyó una recompensa interesante, como fue subir al podio por primera vez en lo que va de la temporada y con la marca del león. Flamarique fue contundente cuando tuvo que superar rivales, aprovechó bien los errores ajenos y se defendió como pudo al final de las rectas largas en la capital chubutense, donde otros modelos hacían gala de su mayor velocidad de punta, como los Renault Fluence oficiales y los Chevrolet Cruze.
El volante cuyano ya había avanzado bastante en la veloz pista sureña al promediar al evento y tenía a tiro a quienes pugnaban por la punta cuando, en el giro 13, el Citroën C4 de Matías Rossi se quedó sin frenos y arrastró en su despiste a los dos coches que tenía cerca, es decir al de Guillermo Ortelli y al Cruze de Juan Cruz Pisandelli, delegándole el liderazgo a quien sería a la postre ganador.
A esa altura, Flamarique ya era candidato al triunfo, pero su labor desde la tercera colocación no era sencilla, ya que además de asediar al primero, tenía que controlarse férreamente de los embates ejecutados por el Ford Focus de Iván Saturni, el Fluence de Fabián Yannantuoni. Giallombardo se pasó un poco tratando de pasar a la punta y en esa maniobra el 308 de Vittal se encaramó a la posición de escolta para pronto caer al cuarto lugar en pleno fragor de la lucha, recuperándose en algunos metros más para ser otra vez segundo a dos vueltas de la meta, minutos que no desaprovecharía para mostrarse en los espejos del pampeano Pisandelli en repetidas oportunidades.
Este podio es muy gratificante porque llega en apenas mi segunda competencia con Vittal G Racing Car, el equipo al que debo agradecerle por haber hecho un gran trabajo sobre mi Peugeot en este día. De estar al fondo de los resultados en la clasificación del viernes entre casi cuatro decenas de pilotos a pelear por la victoria esta tarde hubo una diferencia enorme que es fruto de su profesionalismo. El auto era excelente en su chasis y doblando rápido, pero al fondo de las rectas me costaba mucho hacerle frente, por ejemplo, a los Fluence o a los Cruze. Por suerte, las maniobras de este final contribuyeron a que mi avance sea sostenido y pueda ser el escolta de Fabián Pisandelli en un grupo que vio a seis de nosotros recibir la bandera a cuadros en un segundo de diferencia, sentenció Flamarique.
Con esto, Julián Flamarique asciende a sexto en el torneo, y hace presagiar que se sumará al lote de punta en la venidera competencia de Concordia.
