Fin de semana con sensaciones encontradas vivió Damián Romero en la Ciudad de Paraná. Es que el piloto de San Jorge llegaba a la ciudad entrerriana con el deseo de revertir lo hecho en su tierra, cuando debió abandonar la final, por problemas en la visión del habitáculo de su Ford Fiesta.
La actividad en pista entregó dos resultados bien marcados. El Fiesta transitó bien el circuito paranaense durante los entrenamientos, ya que se ubicó en la décima posición. Pero al momento de clasificar, el santafesino no pudo concretar un giro veloz, por lo que debió conformarse con la décimo séptima ubicación. Esto lo habilitaba para largar desde la sexta posición de la segunda serie. Pero al momento de largar, el embrague se rompió, por lo que no pudo ser de la partida y lo obligaba a largar la competencia final desde la trigésimo novena colocación.
El amanecer del domingo trajo la lluvia y el equipo comandado por Hugo Redolfi debió modificar la puesta a punto y recaería en Damián y su pericia, la responsabilidad de la recuperación. Esa remontada llegó nada más y nada menos que hasta la décimo segunda posición, pero un despiste lo hizo perder nuevamente colocaciones. Retomó el ritmo de carrera y cruzó la línea de sentencia en la décimo tercera posición, pero un recargo impuesto por las autoridades deportivas, lo ubicó en la décimo octava posición. Para lo que fue el domingo, fue una pena el resultado final. Me amargué mucho, sobre todo por lo hecho en la final. El auto se comportó muy bien, yo cometí un error, me volví a retrasar y pude recuperar posiciones. Mas allá del recargo, el rendimiento, tanto del chasis como del motor de Guerini me dejaron conforme, concluyó Romero en contacto con www.apat.org.ar
